Los últimos 2 años se han generado situaciones de alta volatilidad económica para el mundo entero. Desde los encierros de países y fronteras, grandes impresiones de dinero y apoyos económicos a las personas, empresas y gobiernos; sobre demanda de productos, problemas de producción y escases de materias primas, hasta guerras e inflaciones no vistas en más de 40 años. La pregunta es que nos espera para el año 2023, seguirán las volatilidades, se tendrá más certeza o seguirá dominando la incertidumbre, y como esto afectará a la construcción en Guatemala.
La pandemia vino a generar un gran impacto en todas nuestras vidas, afectándonos en lo físico, mental, económico, entre otros. Al inicio vivimos encierros, afectando de manera considerable las ventas de muchas empresas e ingresos de muchas familias en el mundo. Esto generó que muchos gobiernos del mundo, principalmente las más grandes potencias mundiales como Estados Unidos y Europa inyectaran dinero en sus economías para contrarrestar estos impactos. Sin embargo, esta inyección de dinero empezó a generar una sobre demanda de productos, iniciando con los de construcción y productos para el hogar, por el incremento de estadía que estaban teniendo las familias en sus hogares, generando un incremento de la valoración de la vivienda y la calidad de esta. Sin embargo, este incremento de demanda fue mucho mayor que la producción de los productos demandados por la baja en personal, problemas en puertos por encierros y luego la problemática de los embarques y escases de estos, generados por la misma sobre demanda.
Es por esta razón que luego vino la inflación. A mayor demanda de un producto y a la vez una escasez de este, el precio se incrementa, lo cual fue lo que sucedió en casi todos los insumos a nivel mundial. En el sector construcción empezamos a ver fuertes incrementos en el acero, tuberías de PVC, aluminio, madera, entre otros. Esto generó que los precios de las principales materias primas importadas para el país se incrementaran, afectando muchas de las obras ya inicializadas, las que estaban por iniciar y los presupuestos efectuados previos a la inflación. Al igual que lo sucedido en el sector construcción, se dio prácticamente en todos los sectores del país, afectando las planeaciones y estimaciones de gastos y márgenes de las empresas, forzando a estas a trasladar estos incrementos de costos al consumidor final. Esto nos genera un traslado de inflación entre toda la cadena de valor de las empresas, iniciando la desde las materias primas, luego en las fabricaciones, posterior a las ventas y por último al cliente final.
Esta inflación desmedida, generó preocupación en los gobiernos, al afectar el poder adquisitivo de las personas. Si los gastos de las personas se ven afectados por fuertes incrementos de precios, pero sus ingresos no se incrementan de la misma manera, esto genera un impacto en el poder adquisitivo o poder de compra de una persona, es decir se puede comprar menos con el mismo dinero. Es por esta razón que los gobiernos buscan desacelerar la economía para reducir la sobre demanda generada por medio del incremento del costo del dinero. Esto lo buscan realizar por medio del incremento de tasas de interés, el cual es el panorama que nos encontramos en la actualidad. Entonces, ¿qué nos espera para el año 2,023?
Por el incremento de tasas y la búsqueda de su objetivo que es desacelerar la economía, es lo que nos espera para el próximo año a nivel mundial. La caída de poder adquisitivo, dinero más caro, inflación persistente, nos indica que el siguiente paso es ajustar cantidades de gasto en los bienes que se compran. En el sector construcción este proceso económico se dio inclusive más rápido que en el resto de las industrias al ser uno de los primeros en sufrir los efectos de la inflación. Es por esto por lo que el ajuste de cantidades en el sector construcción ya se vivió en alguna manera, la inflación ya se empieza a estabilizar en los últimos meses. En Guatemala no se espera una recesión económica por lo que en el sector construcción muestra un panorama menos pesimista. Además, se tienen varios factores positivos para la construcción en el año 2,023. Las remesas, un factor que cada vez tiene mayor importancia en la economía del país, se espera que se mantenga con altos niveles de crecimiento en el próximo año, siendo un ingreso en las familias que tiene un uso importante en la construcción. Además, de la población joven del país que esta cerca del matrimonio, generando una gran oportunidad en vivienda y todo comercio relacionado a la construcción de vivienda. A pesar de que la inflación y las tasas todavía serán un impacto para el próximo año, la construcción será uno de los sectores menos impactados.